[Barcelona] 21 de junio: Jornades 50 años del FAGC
[Barcelona] 21 de junio: Jornades 50 años del FAGC
De la Memoria de liberación a la lucha por los derechos y libertades !!
21 junio 17,00h Centre Cultural la Mercé, Girona Te esperamos !!
De la Memoria de liberación a la lucha por los derechos y libertades !!
21 junio 17,00h Centre Cultural la Mercé, Girona Te esperamos !!
Orel Morales, el primer policía trans de la CDMX que desafía los estigmas; «no somos moda», afirma
Orel, de 38 años, decidió asumir una nueva identidad como hombre transgénero en septiembre de 202
Orel Morales, primer PBI trans de la CDMX.
En una institución tradicionalmente asociada con estructuras rígidas y normas conservadoras, Orel Morales Goya se ha abierto paso como el primer Policía Bancario e Industrial (PBI) transgénero de la Ciudad de México.
Antes de ponerse el uniforme y realizar su transición, fue mensajero de un despacho jurídico; un trabajo mal pagado y que implicaba largas jornadas. Fue entonces que decidió darse de alta en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital del país.
“Al principio entré por obligación de trabajo, pero con el tiempo le agarré amor a la profesión y ahora es una de las cosas que no cambiaría de mi vida”, cuenta el policía en entrevista para EL UNIVERSAL.
II JORNADAS Planificar medidas para la igualdad LGTBI en el empleo
Este viernes, Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, estará participando en las II Jornadas «Planificar medidas para la igualdad LGTBI en el empleo» organizadas por UGT-Murcia yque se desarrollarán entre el 12 y el 14 de junio
Las asociaciones Lumagorri, Anitzak y Loratuz Lotu afean también que el Gobierno vasco no les haya consultado en la elaboración de la guía sanitaria sobre cómo atenderles
Por Elena Jiménez
Las asociaciones trans del País Vasco Lumagorri (Álava), Anitzak (Bizkaia) y Loratuz Lotu (Gipuzkoa) han presentado este viernes un informe -el primero que se realiza de este tipo, según han defendido- sobre la Unidad de Identidad de Género (UIG) de Osakidetza que, situada en el hospital vizcaíno de Cruces, atiende a los tres territorios vascos e, incluso, a pacientes llegados de comunidades vecinas como Navarra, Cantabria, La Rioja, Castilla León y Valencia.
Este sábado tienes una cita importante, la Mesa de Memoría Histórica del Distrito de Latina organiza un cinefórum de la película Te estoy amando locamente donde participará la activista Mar Cambrollé como fundadora y lider del MHAR.
¡No os lo perdáis!
Úne-T al #EspacioTrans, un lugar seguro, de encuentro y cuidado entre personas trans.
En el #EspacioTrans, espacio seguro entre iguales, ponemos en valor nuestros logros a través de diferentes actividades
Espai Trans Barcelona
Espacio Trans Madrid
Espacio Trans Sevilla
Vivimos tiempos peligrosos en los que la manipulación de la información se ha convertido en un arma política poderosa. No hace falta inventar noticias para intoxicar el debate público: basta con disfrazar prejuicios de pensamiento crítico. Esto es precisamente lo que hace el artículo Medicalización de las personas trans: el gran negocio farmacéutico disfrazado de progreso , publicado el 2 de junio de 2025. Este texto es un ejemplo claro de cómo el discurso transfóbico puede infiltrarse bajo la apariencia de una crítica anticapitalista, deslegitimando los derechos del colectivo trans.
El artículo mezcla datos ciertos –como los beneficios económicos de la industria farmacéutica– con interpretaciones tóxicas: se afirma que las personas trans son manipuladas por las farmacéuticas, que existe un “lobby trans” aliado con el capitalismo global, y que las leyes que garantizan el acceso a los tratamientos médicos sólo favorecen intereses empresariales. Esta narrativa criminaliza a las personas trans, las deshumaniza y las convierte en peones de una conspiración que no existe.
Esta manipulación no sólo se produce desde los sectores ultraconservadores. Medios que se presentan como progresistas o de izquierdas también caen (o colaboran conscientemente) en la difusión de estas ideas. Columnistas con espacios fijos en eldiario.es , El País , CTXT o The Guardian han difundido o blanqueado discursos TERF (Trans Exclusionary Radical Feminists), a menudo en nombre de un feminismo malentendido que niega la existencia y los derechos de las mujeres trans.
Estas autoras —como Lidia Falcón, JK Rowling, o figuras cercanas a sectores de un feminismo institucional— afirman que reconocer las identidades trans pone en peligro a las mujeres cisgénero, creando una falsa dicotomía entre derechos trans y derechos feministas. Esta estrategia ha sido muy útil para la derecha política y mediática, que ha encontrado aliadas inesperadas en feministas blancas, burguesas y con tribunas habituales en los grandes diarios.
Una de las figuras más representativas de esta deriva es Carmen Calvo , ex vicepresidenta del Gobierno español y dirigente destacada del PSOE. Desde su cargo y desde tribunas mediáticas, Calvo ha contribuido a frenar la Ley Trans estatal y ha utilizado un discurso abiertamente transfóbico, presentando la identidad de género como una «fantasía ideológica» y defendiendo que «las mujeres trans no son mujeres». Estas afirmaciones, lejos de ser aisladas, reflejan una estrategia institucional clara para deslegitimar las reivindicaciones del colectivo trans bajo una supuesta defensa del feminismo.
Lo grave es que estas posiciones han tenido un impacto directo en la redacción, el retraso y el debilitamiento de la Ley Trans estatal, dejando a muchas personas trans en una situación de inseguridad jurídica e institucional. Es una muestra clara de cómo la transfobia puede tener rostro de mujer, de izquierdas e incluso de feminista, y cómo el poder utiliza discursos progresistas para contener transformaciones reales.
Cuando la mentira se repite con apariencia de opinión o de debate legítimo, se convierte en una herramienta de manipulación. Lo que se cuestiona, en realidad, no son las farmacéuticas, sino el derecho mismo de las personas trans a existir, a ser escuchadas ya recibir atención médica. Esto genera una sociedad más polarizada, más ignorante y cruel con las minorías.
Es urgente y necesario que los medios que se llaman progresistas hagan una profunda revisión de su papel. Blanquear discursos transfóbicos para «dar voz a todas las opiniones» no es periodismo: es irresponsabilidad. Y el resultado no es neutral: tiene consecuencias en la salud, el bienestar e incluso la vida de muchas personas trans , especialmente las más jóvenes.
La crítica a la industria farmacéutica es lícita. Pero ésta no puede servir para cuestionar las demandas de un colectivo que, históricamente, ha sido excluido de toda protección institucional . El derecho a la salud, a la identidad, a vivir sin miedo y sin humillación, no puede ser materia de opinión ni de debate. Es una cuestión de justicia y derechos humanos.
No nos engañemos: la transfobia no siempre grita ni insulta. A veces se expresa con un tono calmado, con datos sesgados y un aire de objetividad. Pero sigue siendo transfobia.
Por una sociedad informada, crítica y comprometida con los derechos humanos, desenmascaramos las mentiras que visten de análisis lo que es, al final, odio organizado.
Este artículo es claramente transfóbico, aunque disfrazado de crítica anticapitalista o aparentemente «crítica al sistema sanitario y farmacéutico». Te explico por qué con claridad:
❌ 1. Deshumaniza a las personas trans
El texto trata a las personas trans como un mercado y no como seres humanos con derechos a una atención sanitaria digna. Habla de la «medicalización» como si fuera una imposición externa, cuando la mayoría de personas trans eligen libremente acceder a tratamientos hormonales y/o cirugías para mejorar su salud física y mental.
❌ 2. Repite discursos conspiranoicos y de la extrema derecha
Hablar del lobby trans y relacionarlo con “las élites” y “la gran industria farmacéutica” es un relato directamente extraído de discursos TERF y del alt-right. Este lenguaje intenta asociar el activismo trans con una agenda secreta, poderosa y peligrosa. Esto criminaliza y demoniza el movimiento trans.
❌ 3. Infantiliza las decisiones trans y cuestiona su autonomía
Cuestionar la legitimidad de los tratamientos hormonales y especialmente en menores, poniendo énfasis en riesgos médicos y supuestos efectos secundarios, sirve para sembrar la duda sobre las decisiones médicas informadas que toman las personas trans con sus médicos. Y esto es paternalista y transfóbico.
❌ 4. Mezcla información cierta con manipulación para desacreditar
Es cierto que las farmacéuticas buscan beneficios. Pero esto ocurre con todo el sistema sanitario, no sólo con la salud trans. El problema es utilizar esta crítica para negar o estigmatizar el acceso a la salud de las personas trans.
❌ 5. Equipara políticas públicas con supuestas conspiraciones
Habla de leyes trans como “facilitadoras de negocios”, invisibilizando que son reivindicaciones históricas del colectivo para tener derecho a existir con dignidad. Esta crítica deslegitima luchas sociales reales y pone en entredicho el derecho a la identidad.
✅ Lo que sí se puede discutir, pero sin transfobia:
Se puede y debe criticarse la mercantilización de la salud o el papel de las farmacéuticas, pero sin utilizarlo para atacar la salud trans. La clave es defender la salud trans dentro de un sistema público, gratuito y respetuoso, no cuestionar la existencia misma de los cuidados médicos para personas trans.
📢 CONCLUSIÓN:
Este artículo no es una crítica legítima a la industria farmacéutica, sino una estrategia disfrazada de progresismo para atacar indirectamente el derecho a la identidad ya la salud de las personas trans. Es un texto transfóbico que contribuye a la desinformación, el odio y la deslegitimación del movimiento trans.
La mentida com a eina de manipulació: quan la transfòbia es disfressa de crítica social
Trump declaró que solo hay dos géneros, y esto perjudica a la población transgénero en EE UU.
La abogada de Hannah Kreager, Yameena Ansari, ha revelado al periódico canadiense The Globe and Mail que su cliente presentó este lunes la solicitud ante el Consejo de Inmigración y Refugio de Canadá.
Kreager, de 22 años y que reside ahora en la ciudad canadiense de Calgary, ha dicho al periódico que tenía miedo de renovar su pasaporte ya que el que tiene en estos momentos marca su género con una X.
La Administración de Trump ha eliminado la posibilidad de marcar el género con una X, que tradicionalmente identifica a las personas transgénero y no binarias.
Los dos países han codificado esa política en el llamado Acuerdo de Tercer País Seguro, en vigor desde 2002 y que fue ampliado en 2023 para evitar la llegada irregular de refugiados desde Estados Unidos.
Organizaciones como Amnistía Internacional (AI) han denunciado el acuerdo y solicitado a Canadá que lo suspenda.
La falta de acceso afecta a jóvenes, familias y proveedores de atención de la salud
(Nueva York) – Las leyes que prohíben la atención de reafirmación de género a jóvenes transgénero en Estados Unidos están causando daños graves a esas personas y a sus familias, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy. Desde 2021, veinticinco estados han promulgado prohibiciones radicales contra esta atención médica basada en las mejores prácticas, que han reemplazado los tratamientos graduales fundados en evidencias con restricciones categóricas que responden a motivaciones políticas.
El informe de 98 páginas, “‘They’re Ruining People’s Lives’: Bans on Gender-Affirming Care for Transgender Youth in the US” (“‘Están arruinando la vida de las personas’: Prohibiciones a la atención de reafirmación de género para jóvenes transgénero en Estados Unidos”), documenta las consecuencias devastadoras de estas prohibiciones para las personas jóvenes transgénero, como de la ansiedad, la depresión y, en siete casos informados, intentos de suicidio. Human Rights Watch concluyó que estas leyes contribuyen a generar un clima cada vez más hostil contra las personas trans, y obligan a jóvenes a ocultar su identidad y aislarse socialmente. Las prohibiciones también desestabilizan los sistemas de atención de la salud y menoscaban a la sociedad civil, además de generar dificultades geográficas y económicas para obtener servicios. El impacto se ha agudizado desde principios de 2025, cuando la administración del presidente Donald Trump emitió una serie de acciones ejecutivas que intensificaron los ataques del gobierno federal contra los derechos de las personas transgénero.
“Los funcionarios estadounidenses han quitado a jóvenes transgénero la posibilidad de obtener atención esencial beneficiosa para la vida y, en vez de esto, exponen a estas personas como blanco de una guerra cultural”, manifestó Yasemin Smallens, oficial de la división de derechos de las personas LGBT. “Las familias están siendo llevadas al límite y se ven obligadas a sortear obstáculos imposibles para la atención, al tiempo que el gobierno federal intensifica el ataque a los derechos de las personas transgénero”.
Human Rights Watch entrevistó a 51 personas en 19 estados que se han visto afectadas por estas prohibiciones legislativas, como jóvenes transgénero, padres, madres, proveedores de atención sanitaria y defensores y defensoras. Human Rights Watch también consultó a 32 organizadores de derechos LGBT y realizó una ronda adicional de entrevistas con posterioridad a la asunción del presidente Trump, para documentar el impacto de las nuevas políticas establecidas por su gobierno.
Más de 100.000 jóvenes transgénero viven en estados donde hay prohibiciones legislativas a la atención de reafirmación de género para las personas jóvenes. Seis estados establecen que proveer esta atención constituye un delito grave, y ocho leyes estatales incluyen disposiciones imprecisas de “complicidad”, que podrían penalizar a proveedores por hacer derivaciones o emitir recetas. La administración Trump ha intentado restringir el acceso a través de una orden ejecutiva del 28 de enero, que si bien no se ha aplicado íntegramente, ya ha provocado que algunas clínicas interrumpan servicios en estados donde la atención sigue siendo lícita. La Corte Suprema de Estados Unidos está analizando el caso Skrmetti v. United States, en el que se impugna la prohibición de Tennessee, y se prevé que la decisión se emita en junio.
Las familias afectadas por prohibiciones dijeron que sus hijos perdieron el acceso a la atención de la salud con poco o ningún aviso previo y, a menudo, sin que se les ofrecieran otras opciones. Once familias señalaron que tuvieron que viajar fuera del estado para consultar a profesionales médicos u obtener recetas. Varias personas jóvenes indicaron que no pudieron comenzar a recibir atención debido a barreras legales que se combinaban con obstáculos geográficos y económicos. Una familia se mudó a otro estado.
“Quiero que [los legisladores] sepan que están arruinando la vida de las personas”, expresó una mujer trans de 18 años cuya atención fue interrumpida por una prohibición estatal. Las personas jóvenes que han conservado el acceso a la atención recalcaron que el clima legal y político hostil exacerbó su estado de ansiedad, depresión y aislamiento.
Las prohibiciones estatales han obligado a muchos proveedores de atención médica a cancelar o reducir los servicios que brindan. Las personas entrevistadas informaron sobre casos en los que proveedores o instituciones dejaron de prestar servicios en mayor medida de lo que podría haberse exigido legalmente. Las prohibiciones estatales han tenido un efecto dominó negativo en los sistemas de atención de la salud, concluyó Human Rights Watch, y diversos proveedores en los estados donde rigen prohibiciones mencionaron dificultades para conservar a los proveedores existentes y reclutar a nuevos profesionales médicos.
Todos los proveedores de atención de la salud a quienes se entrevistó dijeron que habían experimentado acoso dirigido específicamente a las personas trans. Estos proveedores comentaron que sus instituciones han incrementado el presupuesto destinado a seguridad, y que para ello desviaron fondos que podrían usarse para atender a pacientes. Diversas organizaciones de la sociedad civil informaron que enfrentaban amenazas similares, junto con el costo cada vez mayor de las medidas de seguridad.
En Texas, diversas personas afectadas se refirieron a la focalización extrema del estado contra las personas transgénero, lo que incluye una directiva de 2022 que clasificó algunas formas de la atención de reafirmación de género dirigidas a jóvenes como “abuso infantil”. Como consecuencia de esto, algunas familias informaron que directamente evitaban las interacciones de salud para proteger a sus hijos e hijas, cuya identidad transgénero, de ser revelada, podría dar lugar a investigaciones por abuso infantil. En abril de 2025, el presidente Trump emitió una proclama en la que se indicó que los padres y las madres que afirmen la identidad de género de sus hijos incurren en abuso.
“La gente tiene miedo de perder a sus hijos e hijas”, explicó un defensor. “No hace falta legislar si se asusta tanto a las personas para que ellas mismas se repriman”.
En Estados Unidos, las y los jóvenes transgénero con frecuencia se someten a meses o años de evaluación integral antes de que se inicie cualquier intervención médica. Organizaciones médicas importantes, como la Asociación Médica Estadounidense, la Academia Estadounidense de Pediatría, la Asociación Estadounidense de Psicología y la Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente, apoyan el acceso a esta atención basada en evidencias y acorde al desarrollo.
“La retórica que se emplea en estas sesiones legislativas sugiere que uno simplemente entra y le dan hormonas y bloqueadores”, comentó un padre. “Y no fue así en absoluto. Durante al menos el primer año, no se emitió ninguna receta. [Los médicos] dijeron: ‘Estamos aquí para escucharte y actuar en función de lo que creas que son tus necesidades’. Como padre, fue algo increíble. Te tranquiliza… Es un proceso lento y metódico”.
Estados Unidos tiene obligaciones jurídicas internacionales de proteger los derechos de las personas jóvenes transgénero, incluido el acceso a la atención de reafirmación de género, como parte de su obligación de garantizar los derechos a la salud, la no discriminación, la integridad familiar y la autonomía personal.
“Estas leyes están destrozando vidas, empujan a jóvenes a crisis, obligan a las familias a desarraigarse y alimentan la hostilidad antitrans”, explicó Smallens. “Las legislaturas deberían derogar estas prohibiciones, asegurar el acceso a la atención y proteger a jóvenes transgénero y a sus familias para que puedan vivir con seguridad y dignidad”.
Este junio no es orgullo, es liberación. El colectivo trans en España sigue sufriendo violencia, precariedad y olvido institucional. No queremos más banderas vacías: exigimos justicia, derechos reales y vidas dignas. La revuelta sigue. ✊🏽🏳️⚧️ #LiberaciónTrans #OrgulloEsLucha #TransDretsJa #LaRevoltaContinua
Nos quisieron silenciadas, nos encontrarán levantadas
Junio. El mes que llena fachadas de instituciones, marcas y partidos políticos con banderas multicolor, mientras, en paralelo, los cuerpos trans siguen siendo víctimas de la violencia, la precariedad y la discriminación. Por eso, para muchas de nosotros, mujeres trans, personas no binarias, jóvenes que intentan sobrevivir en un país que les margina, esto no es orgullo. Es resistencia. Es liberación .
El 28 de junio de 1969, en el bar Stonewall Inn de Nueva York, estalló una revuelta. No una fiesta. La policía hacía redadas sistemáticas a locales frecuentados por personas LGTBIQ+, especialmente por travestis, mujeres trans y personas racializadas. Esa noche, dijeron ya basta. Y así empezó lo que hoy llamamos la lucha por la dignidad del colectivo.
¿Pero qué queda de ese espíritu de revuelta, hoy en España?
En 2023 se aprobó la Ley estatal por la igualdad real y efectiva de las personas trans y por la garantía de los derechos de las personas LGTBI . Una ley necesaria, fruto de décadas de lucha, pero que no ha estado a la altura de la esperanza generada. Muchas comunidades autónomas, gobiernos locales e instituciones públicas han boicoteado, recortado o ignorado su aplicación.
Mientras tanto:
Hablamos de un colectivo empobrecido, criminalizado, patologizado y violentado . Según el último informe del Observatorio contra la Homofobia de Catalunya, en 2024 se registró un aumento alarmante de las agresiones por motivos transodientes. En cada espacio en el que deberíamos ser protegidas, somos cuestionadas.
En junio se llena de consejeros/as, alcaldes/as y ministros que hablan de derechos LGTBI, mientras financian fundaciones ultracatólicas , permiten discursos de odio en prensa y dan voz a feministas excluyentes que niegan la identidad trans.
El PSOE y su entorno bloquearon durante meses la ley trans y todavía hoy algunos de sus miembros cuestionan el derecho a la autodeterminación de género. PP y Vox han derogado o paralizado leyes LGTBI a autonomías como Madrid, Castilla y León o la Comunidad Valenciana. Y mientras todo esto ocurre, el Estado permite que las personas trans sigan muriendo en soledad, en precariedad, sin futuro.
Nos venden orgullo, pero necesitamos reparación, reconocimiento y justicia . Orgullo es una palabra que no puede tapar ni el olvido, ni la transfobia estructural, ni los suicidios de jóvenes trans que no pudieron más con la violencia social Casos como el de Alan (Barcelona, 2015 ) asesinatos sociales .
La lucha trans no es una demanda de inclusión en un sistema que nos expulsa. Es una revolución para transformarlo. No queremos ser «aceptadas», queremos que se desmonte el patriarcado, el capitalismo precarizador, el racismo institucional y la cisnorma que nos obliga a justificar nuestra existencia.
No queremos que nos toleren en las escuelas, queremos una educación con memoria, feminista, antirracista y transpositiva. No queremos cuotas simbólicas, queremos puestos de trabajo dignos, vivienda, acceso a la salud integral .
Este junio, no salimos a la calle para celebrar. Salimos para recordar que somos hijas, limpias y hermanas de esas que plantaron cara. Que la liberación es diaria, colectiva e incómoda. Que mientras haya una sola persona trans sufriendo por ser quien es, la revuelta continúa .
No nos vende orgullo si no hace efectiva la liberación. No nos ponga en la foto si después nos saca de las políticas públicas. No nos abrace en junio si nos ignora el resto del año.
Este año, no celebramos: nos liberamos. Y lo haremos hasta que la dignidad no sea un privilegio, sino un derecho garantizado.
Gina Serra és autora i activista trans, presidenta d’ATC Llibertat, entitat compromesa amb la defensa dels drets del col·lectiu. Per a més informació: atc.llibertat@gmail.com Tel. 931 130 810.
© Federación Plataforma por los derechos Trans Desde 2015