Plataforma Trans denuncia la nula interlocución con el Ministerio de Sanidad

Plataforma Trans denuncia la nula interlocución con el Ministerio de Sanidad

La Federación Plataforma Trans manifiesta su profundo malestar tras conocer por los medios de comunicación el acuerdo aprobado el pasado viernes en el Consejo Interterritorial de Salud para la creación del primer centro especializado en la atención sanitaria a personas trans y con desarrollo sexual diverso.

Plataforma Trans denuncia la nula interlocución con el Ministerio de Sanidad

Como entidad que ostenta la representación de las personas trans en el Consejo Estatal LGTBI, la Plataforma Trans ha solicitado en dos ocasiones —el 1 de marzo y el 15 de mayo de 2024— una reunión con la Ministra de Sanidad, Mónica García, con el objetivo de trasladarle la situación sanitaria que viven las personas trans en las distintas comunidades autónomas, así como presentar propuestas concretas para mejorar su atención médica.

A día de hoy, la Plataforma no ha recibido respuesta alguna. Esta falta de interlocución, prolongada durante más de un año, resulta preocupante y se interpreta como un posible veto institucional con motivaciones políticas. Esta exclusión deliberada desde instancias de Gobierno puede considerarse una forma de violencia institucional y, en última instancia, si obedece a un sectarismo político.en una institución pública que veta la participación de una entidad representativa por motivos ideológicos o partidistas puede constituir una forma de corrupción.

No es que no valoremos el acuerdo, pero lo consideramos claramente insuficiente, generándonos, además, dudas sobre su aplicación y puesta en marcha, más aún, nos resulta oportunista el anuncio en pleno orgullo, sin interlocución con las entidades representativas del colectivo trans y sin haber demostrado un compromiso, más allá de estos titulares, con la salud de las personas trans” , señala Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans.

Desde la Plataforma se insiste en la necesidad urgente de que el Ministerio de Sanidad incluya de forma específica en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud todas las intervenciones quirúrgicas necesarias para las personas trans, ya que en muchas comunidades autónomas estas siguen sin estar garantizadas o son directamente denegadas.

Las necesidades médicas y quirúrgicas de las personas trans no son cuestiones estéticas ni cosméticas: son cuestiones de salud ”, afirma Cambrollé. «A este Gobierno que se autodefine como progresista, le exigimos hechos, no titulares. Es imprescindible blindar las prestaciones sanitarias específicas para las personas trans en todas las comunidades autónomas». Concluye Cambrollé.

Plataforma Trans denuncia la nula interlocución con el Ministerio de Sanidad

Podemos pide en el Congreso reservar un mínimo del 1% de plazas de empleo público a personas trans

Podemos pide en el Congreso reservar un mínimo del 1% de plazas de empleo público a personas trans

   Irene Montero habla de una «gravísima discriminación» en el empleo y Mar Cambrollé afirma que «viven un apartheid laboral»

Podemos ha registrado este jueves en el Congreso una iniciativa para garantizar que, en las ofertas de empleo público, se reserve un cupo no inferior al 1% de las vacantes para ser cubiertas por personas trans.

‘Las personas trans sufren una gravísima discriminación en el entorno laboral. Hablamos de miles de personas que son juzgadas antes por su identidad de género, por su expresión de género, que por su curriculum. Personas para las que está a la orden del día las entrevistas de trabajo tras las cuales nadie te llama o los despidos invisibles’, ha dicho la secretaria política y eurodiputada de Podemos, Irene Montero, en declaraciones a los medios.

Tras el registro de la proposición no de ley (PNL) en la Cámara Baja, Montero ha argumentado que «una de cada dos personas trans está en situación de desempleo» y que cuando tienen trabajo, la mayoría de ellas están en posiciones ‘por debajo de su cualificación».

‘La mayoría de ellas dicen que su identidad de género, su expresión de género, es un obstáculo para encontrar un empleo. La mayoría de ellas también afirman que han sufrido discriminación en el entorno de trabajo, y básicamente ser una persona trans en España y en Europa significa que tienes el doble de posibilidades de estar en desempleo que de tener un contrato indefinido’, ha asegurado Montero.

Para la dirigente de Podemos, se trata de «exclusión laboral’ y frente a esa situación hay que actuar «con contundencia’. Además, ha subrayado que hay otros países que ya han implementado el cupo laboral para personas trans.

Con motivo de la celebración del Orgullo, Irene Montero ha hecho un llamamiento a ‘no mirar para otro lado ante cualquier expresión de odio o de LGTBI-fobia, por pequeña o por insignificante que parezca’. «Ni son bromas ni son opiniones’, ha declarado, al tiempo que ha advertido que es «odio» y ha recordado el asesinato del joven Samuel Luiz hace cuatro años.

Por su parte, la secretaria de LGTBIQA-E de Podemos y presidenta de la Plataforma Trans, Mar Cambrollé, ha indicado que esta iniciativa es «el punto de salida’ y ‘un toque de atención’ al Gobierno y al Ministerio de Trabajo liderado por Yolanda Diaz, para que implemente lo que establece la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, «que aún está muerto en los laureles’.

«ES UNA VERGÜENZA»

Mar Cambrollé ha llamado a no olvidar lo que vive el colectivo trans, cuya tasa de desempleo alcanza «un 46 por ciento». ‘Las personas trans viven un apartheid laboral y es una vergüenza», ha declarado, para después añadir: «Sin trabajo no se pueden independizar las personas. Sin trabajo no pueden pagar el alquiler de una vivienda. Sin trabajo no podemos comer ni comprarnos ropas de vestir».

En el texto de la iniciativa, recogido por Europa Press, Podemos argumenta que, según la Agencia de los Derechos Humanos de la Unión Europea (FRA), el 42% de las personas trans ha sufrido discriminación en el trabajo o en la búsqueda de uno o que la encuesta ‘Hacia centros de trabajo inclusivos’ elaborada por UGT concluye que el 75% de las personas trans considera que el hecho de ser trans es un inconveniente para buscar empleo.

En este sentido, cita el estudio sobre la inserción sociolaboral de las personas trans realizado por el Ministerio de Igualdad en el año 2022, que cifra la tasa de desempleo de las personas trans en el 46,5%. ‘En este mismo estudio se recoge que la mayoría de las personas trans empleadas tienen una formación y cualificación superior al puesto de trabajo que desempeñan y que tan solo el 24,7% se benefició de recursos dirigidos a la inserción laboral para el colectivo trans», destaca.

De este modo, Podemos recuerda que la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI «recoge la necesidad tanto de desarrollar estrategias como de implantar medidas para favorecer la integración e inserción laboral de las personas trans, incluida la adopción de subvenciones que favorezcan la contratación de las personas trans en situación de desempleo y los planes específicos para fomentar el empleo de las personas».

‘Al igual que se ha hecho con las mujeres en la ley de paridad, cuando una parte de la población sufre discriminación por su identidad de género, el deber del Estado es aplicar medidas de acción positiva que solucionen la discriminación que existe debido al acceso de las personas trans al mercado laboral’, defiende.

Por ello, consideran importante adoptar medidas que ‘vayan más allá» como es el cupo laboral trans, que garantizaría que al menos el 1% de todos los puestos de la Administración Pública estén reservados para personas trans.

https://www.europapress.es/sociedad/noticia-podemos-pide-congreso-reservar-minimo-plazas-empleo-publico-personas-trans-20250703141552.html

Marcha Trans 2025: Sevilla se movilizó por los derechos trans

Marcha Trans 2025: Sevilla se movilizó por los derechos trans

Este 27 de junio tuvo lugar la marcha trans organizada por la histórica asociación ATA Sylvia Rivera, que partió de la plaza Nueva de Sevilla a las 19h.

Esta movilización, que se lleva a cabo por tercer año consecutivo, tiene como objetivo visibilizar las demandas y realidades del colectivo trans, en un contexto marcado por retrocesos legislativos, discursos de odio y precariedad estructural. Bajo el lema «Frente al odio levantaT», la marcha recorrió las calles del centro de la ciudad terminando en la Alameda de Hércules.

La marcha también denunció el repunte de la transfobia institucional y la libre circulación de discursos de odio en la RRSS, así como la falta de implementación efectiva de la Ley Trans estatal.

“Las personas trans estamos viviendo desde hace años la mayor campaña criminal de odio y demonización de todo el periodo democrático con graves consecuencias hacía nuestras vidas, en el contexto internacional los Gobiernos de Donald Trump en EEUU o Milei en Argentina no son hechos aislados, constituyen el reflejo de un auge internacional de la extrema derecha que utiliza nuestras vidas como chivos expiatorios. En muchos lugares del mundo, se están aprobando leyes que criminalizan la existencia trans, prohíben el acceso a tratamientos médicos, censuran nuestra educación y legitiman el odio.” Declara Mar Cambrollé, presidenta de ATA Sylvia Rivera. “En el Estado español continuamos sin la implementación efectiva de la Ley Trans para que las personas trans migrantes puedan realizar el cambio de nombre y sexo en sus documentos, después de más de dos años de aprobada la ley, el Gobierno continua sin dictar las instrucciones que permitan acceder a este derecho reconocido en la ley, por parte de las personas trans migrantes, al mismo tiempo vemos como se están produciendo intentos de retrocesos legislativos con los recortes planteados a las leyes trans de las comunidades de Madrid y Valencia, mientras las agresiones se han duplicado en el último año” , continua Cambrollé. “Interpelamos a esa mayoría social que esta a favor de nuestros derechos, hoy más que nunca necesitamos salir a las calles para hacer frente al odio, porque después de las personas trans, irán a por todas las demás, porque defender a las personas trans es defender la democracia”. Concluye Cambrollé.

Juana Ortega, una mujer trans encarcelada en La Palma en los años setenta: «Nos trataron como animales»

Juana Ortega, una mujer trans encarcelada en La Palma en los años setenta: «Nos trataron como animales»

Ortega fue enviada desde Las Palmas de Gran Canaria al penal de La Palma acusada de «tara erótica» en 1969, su testimonio, recogido por el colectivo Violetas y el investigador Víctor Ramírez, constituye la restitución de la dignidad a unas victimas olvidadas

Juana María Ortega tenía tan solo diecinueve años cuando fue privada de libertad y condenada a malvivir en la cárcel de la isla de La Palma donde no conocía a nadie. Era inocente. Llegó a la prisión de La Palma condenada por la Ley de Vagos y Maleantes en el año 1969, y su sentencia decía: «tara erótica, dada la práctica de la homosexualidad». Ese fue el motivo por el que fue encarcelada, enviada desde Las Palmas de Gran Canaria con una doble condena: la prisión injusta y la del destierro, la vergüenza y la mancha que recibieron las personas LGTBIQ+, especialmente homosexuales y personas trans. Juana recuerda esos años como un calvario: «nos trataron como animales».

La consejera de Promoción Económica del Cabildo de La Palma y conse de la empresa pública Sodepal, Miriam Perestelo, destacó la importancia de este homenaje por la injusticia de estas leyes que condenaban a personas inocentes. «Agradezco a Juana María Ortega el esfuerzo emocional tan fuerte por venir a La Palma, cuentan con todo el respaldo institucional del Cabildo para reparar todo el daño que sufrieron las víctimas, si es que eso es posible», expresó Perestelo. «Esto debe servir para lograr una sociedad más igualitaria y justa donde todas las personas tengan cabida y nadie se vea reprimido», añadió.

Una placa en homenaje a las víctimas

El Cabildo de La Palma ha instalado una placa en homenaje a las víctimas en el Palacio Salazar de Santa Cruz de La Palma a través de su empresa pública Sodepal y en estrecha colaboración con el colectivo LGTBIQ Violetas. «Este homenaje no debería ser un acto simbólico más. Esta placa es un grito contra el olvido, una palabra grabada sobre la piedra para romper el silencio que se impuso durante décadas«, ha dicho Besay Viña, presidente del colectivo LGTBIQ+.

En los años del franquismo, la llamada Ley de Vagos y Maleantes —y luego la Ley de Peligrosidad Social— convirtió la diversidad en delito. Esa ley no corregía peligros sociales, los fabricaba, según explicó el colectivo. Y los fabricaba contra las disidencias, contra todos los cuerpos y almas que no cabían en la estrecha norma franquista. «¿Y saben qué es lo más doloroso? Que muchas de estas historias todavía duelen en silencio», añadió Viña.

El presidente del colectivo recuerda que sus nombres no figuran en los libros, que sus memorias se han tenido que rescatar pedazo a pedazo, entre la vergüenza impuesta y el olvido institucional. «Personas como Juana María Ortega, con apenas 19 años, fueron condenadas por una supuesta «tara erótica» —así lo decía su sentencia—, por el simple hecho de amar como su corazón dictaba. No hubo crimen. Solo hubo prejuicio. »Les quitaron la voz, el nombre y la dignidad«, zanjó.

https://www.canarias7.es/sociedad/juana-ortega-mujer-trans-encarcelada-palma-anos-20250624193805-nt.html

Más de 100 mujeres trans sobreviven a prácticas de tortura en las cárceles de Buenos Aires

Más de 100 mujeres trans sobreviven a prácticas de tortura en las cárceles de Buenos Aires
Por Juan Carlos Figueroa
Desde mayo de 2024, la Comisión Provincial de la Memoria ha registrado más de 800 denuncias de tortura contra personas trans y travestis en las cárceles de la provincia de Buenos Aires.

Desde mayo de 2024, la Comisión Provincial de la Memoria ha registrado más de 800 denuncias de tortura contra personas trans y travestis en las cárceles de la provincia de Buenos Aires. El organismo destaca que existe un régimen de control diferenciado para las mujeres trans y otras personas del colectivo LGBTI+ que las expone a mayor violencia.

A las 4 de la mañana del pasado 14 de abril, un grupo de agentes entró de sorpresa en el Pabellón 9 de la Unidad Penitenciaria N°2 de Sierra Chica, en la provincia de Buenos Aires. Despertaron a las detenidas a los gritos, sacudiéndolas y arrastrándolas fuera de sus camas sin dar ninguna explicación. Eran más de 45 personas en ese pabellón, todas LGBTI+, la mayoría mujeres trans. Las sacaron al patio a empujones, con insultos. A los golpes.

Esa madrugada llovía y muchas estaban casi desnudas. Las hicieron correr hacia otro sector del penal. Mojadas y llenas de barro, las encerraron en “los buzones”. Así le llaman a las celdas de aislamiento, utilizadas como forma de castigo en esta cárcel. Les decomisaron sus celulares, para que no pudieran comunicarse con sus familiares, conocidos o abogados. La mayoría pasó allí más de tres días. Algunas, hasta más de 15.

Distintos informes de la Comisión Provincial por la Memoria —organismo público que investiga casos de tortura y violación de derechos humanos— describen a los “buzones” como el peor lugar del penal. Son espacios que suelen estar desprovistos de elementos básicos. Como un foco de luz artificial, por ejemplo, o una llave de agua potable.

Testimonios de quienes han pasado por “los buzones”, documentados por inspectores de la CPM, coinciden en resaltar al frío y al hambre como los dos grandes padecimientos en estos espacios. También relatan que, en este sector, el personal penitenciario ejerce violencia y humillación con más saña. A las personas trasladadas esa madrugada, además del aislamiento, se les privó de sus medicamentos.

Por todo esto, la CPM denuncia la situación ocurrida en el llamado “pabellón de la diversidad” de Sierra Chica como un hecho de torura. “La modalidad de la requisa y la violencia ejercida reflejan el carácter abusivo del operativo. Algo así nunca debió haber ocurrido”, señala Roberto Cipriano García, secretario del organismo. Pero lejos de tratarse de un un caso extraordinario, lo reportado da cuenta de una situación recurrente, cotidiana, que enfrentan las mujeres trans y otras personas LGBTI+ detenidas en varias cárceles de la provincia de Buenos Aires.

Más de 100 personas LGBTI+ violentadas

La CPM presentó de inmediato un hábeas corpus, un recurso legal urgente que exige la intervención de un juez para frenar posibles arbitrariedades. Gracias a esto, la jueza que tomó parte ordenó la atención médica de todas las personas agredidas, la entrega de sus medicamentos y la devolución de sus pertenencias.

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) pidió que el caso se investigue con perspectiva de género. El organismo advierte que ha constatado la existencia de un régimen diferenciado, con mayores niveles de vigilancia y castigo, dirigido a mujeres trans y otras personas del colectivo LGBTI+.

A las personas LGBTI se las priva de tratamientos hormonales, antirretrovirales y se las castiga con aislamientos prolongados.

Aparte de la violencia física y psicológica denunciada, el solo hecho de que se aplicara un castigo colectivo ya evidencia la gravedad del abuso. Las autoridades penitenciarias, hasta ahora, ni siquiera han ofrecido una explicación formal que justifique el operativo.

Pero es una violencia que trasciende a este centro. Desde enero de 2024 hasta mayo de 2025, la CPM ha presentado un total de cuatro habeas corpus colectivos, por acciones que considera tortura, tratos crueles y/o degradantes en contra de personas LGBTI+.

Las medidas de protección se tomaron en favor de más de 120 personas, la mayoría mujeres trans, detenidas en tres cárceles de la provincia: además de la de Sierra Chica, en la Unidad Penal 32 de Florencio Varela y la Unidad Penal 44 de Batán, en Mar del Plata.

Estas denuncias revelan patrones de abuso similares. Otro de los hábeas corpus fue presentado en septiembre de 2024, para denunciar que en el penal de Florencio Varela más de 50 personas LGBTI+ eran sometidas a requisas vejatorias —inspecciones que implican el desnudo y la revisión de todo el cuerpo— y violencia física por parte del personal penitenciario.

Existe un régimen de control diferenciado para las mujeres trans y otras personas del colectivo LGBTI+ que las expone a mayor violencia.

La CPM también ha denunciado varias veces sobre requisas violentas y humillantes en la Unidad Penal 44 de Batán, en Mar del Plata. Algunos de estos actos podrían, incluso, constituir abuso sexual. El último habeas corpus colectivo fue presentado en febrero del año pasado, para exigir garantías en favor de un grupo de aproximadamente 12 mujeres trans. El organismo ha verificado que este tipo de requisa, la forma y la periodicidad, no se realizan a otras personas del centro penitenciario. Solo a las mujeres trans.

Más de 800 denuncias sobre tortura

Sin embargo, en estos tres centros penitenciarios y en varias alcaidías de la provincia, todas bajo la órbita del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), la denuncia más frecuente tiene que ver con las trabas para acceder a atención médica o recibir los medicamentos que necesitan.

La CPM entrevistó a 93 mujeres trans y travestis detenidas en unidades y alcaidías del SPB, entre enero de 2024 y mayo de 2025. En total, reportaron cerca de 800 denuncias que el organismo califica como tortura y tratos crueles. Más de la mitad de esos casos están vinculados con la falta total o parcial de atención médica.

“El problema del acceso a la salud de toda la población detenida es alarmante, pero para personas trans y travesti adquiere dimensiones más graves”, explica Juan Introzzi, director del Programa de Inspección a Lugares de Encierro de la CPM.

Esta vulneración es resultado, principalmente, de la patologización de sus identidades, la falta de reconocimiento de las mismas y la violencia que sufren de los profesionales de la salud cuando buscan atención y cuidados.

“No son hechos aislados, sino condiciones permanentes y repetidas que profundizan la vulnerabilidad de estas personas en el encierro”, agrega Introzzi. Según una encuesta realizada por la Comisión en 2022, 7 de cada 10 mujeres trans y travestis dijeron padecer algún tipo de enfermedad. La mitad tenía más de una afección diagnosticada. Y 5 de cada 10 entrevistadas vivían con VIH.

Padecen la cancelación sistemática de turnos médicos y la interrupción de tratamientos antirretrovirales. En casi todos los casos, se les niega o suspende el acceso a los procesos de hormonización.

En 2024, el 30% de la población trans en las prisiones de la provincia no estaba recibiendo su tratamiento hormonal, según un reporte que la Defensoría del Pueblo de Buenos Aires publicó este año. Y el 60% estaba recibiendo el tratamiento de manera irregular.

“Seguimos presentado acciones judiciales, denunciando penalmente estas condiciones. Pero, lamentablemente, este tipo de prácticas de torturas no cesan”, apunta Introzzi. “Incluso con sentencias favorables para las víctimas, el abuso continúa”.

Los traslados como forma de castigo

Además del aislamiento prolongado y las requisas vejatorias, la CPM tiene años denunciando cómo los traslados recurrentes entre unidades penitenciarias operan como otra forma de disciplinamiento. Ha verificado que esta medida se utiliza como castigo hacia quienes denuncian agresiones o exigen atención médica.

El caso de Lara, una mujer trans de 37 años, expone con crudeza el nivel de violencia. En un periodo de apenas cinco meses, entre junio y octubre de 2023, fue trasladada hasta seis veces. En cada traslado, era esposada y encerrada durante largas horas en la “latita” del camión, llegando a pasar hasta 48 horas dentro de él.

Y una vez en destino, el maltrato se reactivaba. En junio de 2023, a Lara la aislaron en una sección para varones de la Unidad Penitenciaria N°2 de Sierra Chica. Mientras estuvo en este lugar, no podía bañarse porque no había personal femenino disponible para llevarla desde su celda hasta el sector de duchas.

Desde 2017 —el primer año del que la CPM tiene registros— hasta 2023, se reportaron 48 muertes de mujeres trans en cárceles y alcaidías del SPB.

Pasó más de 50 días aislada en los “buzones” del sector para varones. En su celda no tenía acceso a agua potable. Le entregaban alimentos crudos. Como no tenía algún artefacto para cocinarlos, solo se alimentaba con fruta y pan.

Los inspectores de la CPM la volvieron a entrevistar el 1 y el 8 agosto de ese año. Entonces, ya tenía moretones y había bajado de peso. Contó que le había tocado dormir varios días en el piso y luego en un colchón mojado. Que los insultos y la humillación eran a toda hora. Y que las autoridades penitenciarias le habían prohibido hasta recibir las visitas de sus conocidos.

En dos de los centros en los que estuvo, tampoco le permitían tener elementos para depilarse. “Me hicieron recordar que era hombre. Hace años no me veía con barba”, dice su testimonio, reseñado en el último reporte anual de la CPM. Tenía ya meses que no accedía a su tratamiento de hormonización.

En ese tiempo, también comenzó a tener dolores en glúteos y caderas, zonas donde tiene implantes de silicona. La desesperación llegó a ser tal que, en algún momento, se declaró en huelga de hambre para denunciar lo que le hacían.

Recién a fines de 2023, fue alojada en el pabellón de diversidad de Batán, en Mar del Plata. “El cuerpo de Lara cargó con las consecuencias de la violencia transodiante de la sociedad y también de las torturas sistemáticas del Estado por medio del poder punitivo”, señala la CPM. “Su dolor es parte intrínseca del sistema penitenciario, que disciplina los cuerpos y las conductas por medio de la tortura”.

Mayor cantidad de suicidios

El peligro de muerte es latente. Sasha Barrionuevo, una mujer trans de 38 años, falleció el 20 de julio de 2022 tras semanas sin recibir atención médica en la Alcaidía 44 de la cárcel de Batán. Había perdido 30 kilos en poco tiempo y presentaba síntomas graves: vómitos, mareos y pérdida de visión.

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) denunció que el Servicio Penitenciario Bonaerense desestimó sus síntomas. Se los inventaba, decían los agentes. Una orden judicial terminó exigiendo su traslado, pero ya era tarde: Sasha murió pocos días después en el hospital.

Desde 2017 —el primer año del que la CPM tiene registros— hasta 2023, se reportaron 48 muertes de mujeres trans en cárceles y alcaidías del SPB. El 66% estuvo relacionado con problemas de salud. Generalmente, dice el organismo, este tipo de fallecimientos son consecuencia de la falta de una atención adecuada.

Pero el daño no es solo físico. El 31% de las muertes de personas trans en este periodo fueron suicidios. Una proporción mucho más alta que entre varones (8,7%) y mujeres cis (9%).

La militancia como garante

“Las que están adentro cuentan con las que estamos afuera”, dice Victoria Disalvo, militante del Colectivo Autónomo de Trabajadorxs Sexuales (CATS). Hace más de tres años que el CATS acompaña a mujeres trans detenidas en la Alcaidía 44 de Batán, en Mar del Plata.

Las acompañan como pueden: hacen colectas para comprar artículos de limpieza, materiales de estudio, comida, medicamentos. Y también denuncian lo que pasa rejas adentro. En estos años, lograron visibilizar situaciones graves: videos donde se ve al personal penitenciario romper la medicación, casos urgentes de salud desatendidos, las precarias condiciones de las celdas.

“Se calmaron cuando vieron que había gente de afuera mirando. Se atreven a agredirlas porque las suponen solas”, dice Victoria. Este año, muchas personas empezaron a sumarse desde la Asamblea Antifascista. La red crece. Pero las violencias siguen.

Las requisas humillantes continúan. Hay miedo de denunciar porque el castigo es el traslado, remarca Victoria, algo que las alejaría de sus sistemas de apoyo. Y ninguna de las mujeres trans que está hoy en ese penal accede a su tratamiento hormonal. “Por eso, tenemos que estar más presentes que nunca. Esta gente espera a que baje la exposición para desplegar todo su odio”.

Al cierre de mayo pasado, había 114 mujeres trans detenidas en cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense. Según datos de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, más del 90% está acusada de infringir la ley 23.737 —delitos vinculados a la tenencia y tráfico de drogas—. Sin embargo, más del 60% aún no tiene condena. Es decir, ante la justicia, todavía siguen siendo inocentes.

https://www.pagina12.com.ar/834794-mas-de-100-mujeres-trans-sobreviven-a-practicas-de-tortura-e

Orel Morales, el primer policía trans de la CDMX que desafía los estigmas; «no somos moda», afirma

Orel Morales, el primer policía trans de la CDMX que desafía los estigmas; «no somos moda», afirma

Orel, de 38 años, decidió asumir una nueva identidad como hombre transgénero en septiembre de 202

Orel Morales, primer PBI trans de la CDMX.

En una institución tradicionalmente asociada con estructuras rígidas y normas conservadoras, Orel Morales Goya se ha abierto paso como el primer Policía Bancario e Industrial (PBI) transgénero de la Ciudad de México.

Antes de ponerse el uniforme y realizar su transición, fue mensajero de un despacho jurídico; un trabajo mal pagado y que implicaba largas jornadas. Fue entonces que decidió darse de alta en la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital del país.

“Al principio entré por obligación de trabajo, pero con el tiempo le agarré amor a la profesión y ahora es una de las cosas que no cambiaría de mi vida”, cuenta el policía en entrevista para EL UNIVERSAL.

Colectivos trans de Euskadi denuncian «listas de espera de cinco años» para operarse en Osakidetza

Colectivos trans de Euskadi denuncian «listas de espera de cinco años» para operarse en Osakidetza

Las asociaciones Lumagorri, Anitzak y Loratuz Lotu afean también que el Gobierno vasco no les haya consultado en la elaboración de la guía sanitaria sobre cómo atenderles

Por Elena Jiménez

Las asociaciones trans del País Vasco Lumagorri (Álava), Anitzak (Bizkaia) y Loratuz Lotu (Gipuzkoa) han presentado este viernes un informe -el primero que se realiza de este tipo, según han defendido- sobre la Unidad de Identidad de Género (UIG) de Osakidetza que, situada en el hospital vizcaíno de Cruces, atiende a los tres territorios vascos e, incluso, a pacientes llegados de comunidades vecinas como Navarra, Cantabria, La Rioja, Castilla León y Valencia.

En su radiografía a este servicio se han centrado en aportar datos sobre las listas de espera para intervenciones quirúrgicas, «dado que era una de las quejas recurrentes que recibíamos por parte de usuarios que se acercaban a nuestros colectivos», han especificado. También se han mostrado molestos con cuestiones referentes al funcionamiento de este equipo o con que el Gobierno vasco no haya recurrido a ellos para la elaboración de una guía sobre la atención a personas trans, que pretende «actualizar los protocolos de asistencia a esta población».
Las cifras que han recabado surgen de una encuesta realizada entre marzo y abril a la que contestaron un total de 42 personas. Ellas han aportado información sobre el tipo de operación, la fecha de entrada en lista, si había sido realizada y si se había obstacualizado de alguna manera el acceso a la misma. En conclusión, critican que, de media, la lista de espera para acceder a estas cirugías asciende a «cinco años»; algo «desalentador», a su juicio, porque «supone tener tu vida parada durante ese tiempo». «Sólo un 2% de las personas que nos han hecho llegar su testimonio califican su paso por la unidad de género como ágil», subrayan en contraposición.
Por tipo de operación, señalan que las orquiectomías (extirpar uno o ambos testículos) «es la única intervención que presenta experiencias positivas» (el tiempo de espera sólo es de «unos meses», dicen), mientras que las vaginoplastias «no tienen fecha prevista» y las masectomías «algo más de dos años».

1.308 atenciones desde 2009

Los testimonios recogidos también retratan el trato que han recibido en la unidad de género. En este sentido, el 33% critican que han sentido que se intentó obtacualizar su acceso a la intervención quirúrgica. Afean que «hay una tendencia hacia la patologización» y para ellos, no resulta necesario que cualquier acceso a tratamientos médicos o quirúrgicos requieran la verificación por parte de una psiquiatra. «Tienen que dar garantías para que estas violencias no se repitan y, en todo caso, la valoración la podíamos realizar las personas que somos usuarias», han planteado en una intervención conjunta realizada en la capital alavesa.
«Existen, sin embargo, personas a quienes no se les ha negado ni osbtacualizado ningún tratamiento. Es el caso de aquellos que se han mostrado indudablemente binarios ante los roles de género. En estos casos, se facilitan los procesos a quienes, bajo el criterio del personal, cumplen con los mandatos normativos de masculinidad o feminidad», han subrayado los autores del documento.
Los colectivos también han solicitado que se destinen más recursos para que haya atenciones a personas trans en los territorios. Para esto, Osakidetza anunció en marzo que abriría este año tres unidades específicas con psicólogos en sus centros de salud para tratar las necesidades sanitarias de pacientes en el proceso de cambio de género en un entorno más amable y humano. Pero aún no hay una fecha concreta prevista para la puesta en macha de estos servicios de atención primaria.
Respecto a La UIG de Cruces, ésta ha atendido desde su creación en 2009 a 1.308 personas. Durante los primeros años de vida este servicio asistía a pacientes que iniciaban su proceso de transición a una edad media de 27 años. Pero en los últimos tiempos esto ha cambiado. Prueba de ello es que de las 140 solicitudes de nuevos pacientes que recibió en 2024 la Unidad de Identidad de Género de Cruces, la mitad eran menores de edad.

Entrevista a Mar Cambrollé: “El salvajismo de la dictadura franquista despertó la organización del colectivo LGTBI”

Entrevista a Mar Cambrollé: “El salvajismo de la dictadura franquista despertó la organización del colectivo LGTBI”

El Militante (el periódico de Izquierda Revolucionaria) ha entrevistado a Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans y activista histórica por los derechos LGTBI y la libertad sexual.

En esta conversación hablamos de los orígenes combativos del movimiento LGTBI en el Estado español bajo todavía la dictadura franquista, de cómo el avance de la extrema derecha es una amenaza muy real, del papel del PSOE y su transfobia, entre muchas otras cosas.

Un pequeño adelanto de todos los temas que abordaremos el viernes 4 de julio en el cinefórum de la película Te estoy amando locamente que celebraremos a las 18h en el Espacio Rosa Luxemburgo de Madrid.

Cartel del cinefórum que celebraremos el 4 de julio a las 18h en el Espacio Rosa Luxemburgo de Madrid.

El Militante -. El 28 de junio las calles de todo el Estado se llenarán en las manifestaciones del Orgullo crítico. Unas protestas cada año más masivas que reivindican los orígenes revolucionarios del movimiento LGTBI. ¿Cómo nace la lucha del colectivo LGTBI y de las personas trans en nuestro país?

Mar Cambrollé -. El inicio de las protestas y la organización LGTBI tiene mucho que ver con la represión del dictador Francisco Franco. En 1970 el régimen franquista aprueba la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social, una ley que fue vendida como necesaria para “reeducar” todo aquello que consideraban que estaba mal, que era inmoral o que podía ser un delito. ¿Y cómo educaba la dictadura? Pues igual a los militantes de izquierdas o a los sindicalistas, metiéndonos en cárceles y centros de rehabilitación. Con esta legislación en la mano, las personas LGTBI y trans no teníamos derecho a existir.

Este salvajismo despertó la organización del colectivo LGTBI. Empezó en Catalunya, en un espacio que se llama el Movimiento Español de Liberación Homosexual (MELH); estamos hablando todo de colectivos clandestinos y semiclandestinos porque la brigada político social nos pisaba los talones. Esta asociación fue impulsada por hombres cis y gays. Ellos fueron quienes colocaron la estructura, porque las mujeres trans lo teníamos todo en contra para participar en política.

Nuestra mayor aportación fue nuestra valentía. Allí donde había una mujer trans, había una bandera de visibilidad, diversidad y libertad. Así fue también en muchos otros países que sufrieron dictaduras militares. Por eso nuestro despertar político tiene tanto que ver con la lucha contra las dictaduras y el autoritarismo.

En los años 80 ya nació la primera organización trans. Por entonces las mujeres trans se prostituían en el paseo de la Castellana de Madrid y eran brutalmente atacadas por las bandas fascistas. Los skinheads tenían la consigna de “a la caza del travelo” y casi todas las noches salían con cadenas y porras a golpear a las prostitutas transexuales. Y ahí nace, como una respuesta ante la persecución neonazi y la impasibilidad de la policía, en el 82/83, la primera organización trans en el estado español, que se llamaba Transexualia.

EM -. La represión bajo la dictadura franquista, pero también durante la Transición, fue sangrante y golpeó duramente a las personas trans.

MC .- Como os comentaba antes, las personas trans pagamos los peores tratos de esa dictadura. La inmensa mayoría éramos expulsadas de nuestros hogares, el mercado laboral lo teníamos cerrado a cal y canto –igual que ahora, que tras tanto tiempo de democracia la sombra del franquismo aun nos golpea-. No podíamos estudiar, ni tener acceso a la sanidad… A muchas solo nos quedaba la prostitución obligada y el mundo del espectáculo como medio para sobrevivir.

Pero esa represión no nos frenó. La primera manifestación LGTBI tuvo lugar en 1977 en Barcelona, donde salieron a las calles más de 5.000 personas aunque la Ley de Peligrosidad Social todavía estaba vigente. En un año proliferaron colectivos en diferentes territorios: en Galicia, en el País Vasco, en Madrid, en Murcia, en Catalunya, en Andalucía…

Primera manifestación LGTBI en las Ramblas de Barcelona en 1977.

Es en esa época en la que fundé el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) en Andalucía. El 26 y 27 de mayo de 1978 convoqué a todos los colectivos en Sevilla para organizar la primera acción unitaria: salir un mismo día en todas las zonas donde teníamos presencia con un mismo cartel y las mismas reivindicaciones: abolición de la ley de Peligrosidad y Rehabilitación social y amnistía sexual. Porque aun en las cárceles franquistas, a pesar de que Franco había muerto hacía tres años, todavía quedaban muchas personas gays y personas trans. Las mujeres lesbianas, por ejemplo, que también fueron muy reprimidas, no estaban entre barrotes, sino que fueron recluidas en esa institución fascista que era el Patronato de la Mujer, regentado por la Iglesia. Allí también había mujeres anarquistas, comunistas, mujeres solteras, mujeres que no comulgaban con el rol que la dictadura y la Iglesia había asignado a las mujeres.

EM -. En la película Te estoy amando locamente se ve con claridad todos estos acontecimientos que nos cuentas. Tú fuiste protagonista directa. ¿Cómo lo viviste?

MC -. Mis primeros pasos políticos fueron desde el activismo social, la lucha de barrio y la antifranquista. La pobreza y un régimen totalitario me hicieron tomar una gran conciencia de clase, y mi identidad me convirtió en una mujer feminista.

Yo siempre fui una mujer inquieta, y llegó a mis manos una revista contestataria de la época, en la que Armand de Fluvià, el padre del movimiento LGTBI en Catalunya, hacía un análisis marxista sobre la libertad sexual. Al leerlo, fue como si se encendiera una luz en mi cabeza.

Desde la inocencia, llamé a la dirección de la revista para ver si podía hablar con Armand para que me ayudara a crear un movimiento igual en Andalucía. Evidentemente, me dijeron que no podían ponerme en contacto con él. Yo les dejé mi teléfono y sin vergüenza dije: dígale que ha llamado un maricón de Sevilla. En ese momento, ni siquiera existía un nombre para definir a las personas trans. Aunque yo desde pequeña ya expresaba mi identidad, el mensaje que se me decía era que yo no era una niña, sino un maricón. Y pensé: pues si soy un maricón, seré un maricón revolucionario.

A los cuatro días Armand me llamó, preparé un viaje a Barcelona, que es lo que se ve en la película, estuve cinco días con él. Y cuando volví a mi ciudad trabajé dentro del ambiente gay de Sevilla para ir captando militantes para el MHAR. La mayoría eran militantes de CCOO, simpatizantes del PCE…

Protesta del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria en 1978.

Yo misma me asombro de ver todo lo que hicimos. Hoy, con la Ley Mordaza y con la persecución del Régimen del 78 a la juventud combativa, se pretende retrotraernos a esa época. Pero ni ahora lo conseguirán, ni antes lo consiguieron. Nosotras en el 78 tiramos una pancarta de 50m desde la Giralda pidiendo la libertad sexual, dimos mítines y organizamos protestas ilegales. Pero así nos ganamos los derechos.

Recuerdo ese mitin porque lo celebramos en un salón de CCOO. Cuándo íbamos de camino, le dije a mi amiga Teresa que si no podíamos haber conseguido un salón más pequeño, si total, “para cuatro maricones que vamos a ir…”.

Pues no fuimos cuatro, no. A las 11.15h de la mañana la sala estaba repleta. Yo me vine arriba, y dije que todo ese movimiento no podía quedarse entre cuatro paredes. Que nosotros no éramos los peligrosos, que el peligro es el capital y un sistema que tiene a la juventud en paro, los barrios sin colegios ni ambulatorios. Esas 600 personas luego nos fuimos de manifestación, desde la Plaza del Triunfo al Palacio de Justicia.

En seis meses, el 26 de diciembre de 1978, conseguimos excluir de la Ley de Peligrosidad social la homosexualidad. Fue gracias a la presión que ejercimos. Pero en el Código Penal se seguía hablando de escándalo público, por lo que mucha policía y jueces fascistas lo utilizaban para apalizarnos y seguir multándonos.

EM -. Toda esta experiencia histórica es muy valiosa para enfrentar la ola reaccionaria que vivimos en todo el mundo. Trump, Milei, Abascal… hacen de la transfobia una de sus banderas. ¿Por qué crees que la extrema derecha viene a por el colectivo trans?

MC -. Somos su chivo expiatorio. La Internacional del odio ataca a las personas trans primero para, después, recortar derechos a todos: al conjunto del colectivo LGTBI, a las mujeres, a los migrantes, a las trabajadoras y trabajadores…

El colectivo trans somos un colectivo muy vulnerable y fácil de golpear. Un colectivo que, sufrido una criminalización y estigmatización por parte de todos los Estados, una herramienta muy vieja para deshumanizarnos y justificar nuestra opresión. Son métodos que los sistemas totalitarios y quienes los defienden, conocen muy bien.

EM -. La aprobación de la ley Trans en el Congreso, fruto de una incesante lucha del movimiento trans combativo, dio un duro golpe a PP y Vox, pero también al aparato del PSOE, enquistado en posiciones transfobas que nada tienen que ver con el feminismo ni con la izquierda. Ahora el Tribunal Constitucional abre la puerta a la derogación de esta legislación con el silencio del Gobierno PSOE-Sumar. ¿Qué opinión te merece?

Para mí ha sido muy doloroso, después de todo lo que hemos sufrido y batallado, ver como se nos ha puesto en la diana de nuevo en España. Un argumentario malvado que ha sido defendido por las mujeres más rancias del PSOE. No ha sido solo Carmen Calvo, ha sido toda la política defendida por este partido. ¿Cómo en un partido supuestamente de izquierdas (ya sabemos que no) se puede decir que “las personas trans somos un peligro para 47 millones de españoles”? A mí se me heló la sangre, fue como recuperar ese “peligro social” del que hablaba el dictador.

Todas estas mujeres, que están muy cómodas en sus butacas, nos dicen que las personas trans hemos venido a romper el feminismo. Las únicas que rompen el feminismo son ellas. Son las sicarias del patriarcado y se mueven en el mismo marco ideológico que la extrema derecha.

Por eso la ley Trans tuvo tanta importancia. Porque la lucha incesante de las personas trans, las más nadie de los nadie, torcimos el brazo al aparato del PSOE. Y como no es de su agrado, han seguido maniobrando y difundiendo bulos. Los machirulos de derechas, la judicatura patriarcal y fascista, los medios de comunicación y las transfobas, todas unidas en su odio.

La Federación Plataforma Trans movilizándose frente al Congreso exigiendo la Ley Trans.

Por eso, que ahora el Constitucional quiera tumbar la ley, no nos sorprende. Porque el Gobierno tampoco hará nada para defenderla. El Gobierno PSOE-Sumar ha nombrado a Carmen Calvo como presidenta del Consejo de Estado, a Isabel García directora del Instituto de las Mujeres…

Luego nos dirán que viene la extrema derecha y azuzarán con el miedo. Pero la extrema derecha y el miedo ya están aquí.

EM -. Tú siempre te has reivindicado no solo como una activista trans, sino como una mujer de clase trabajadora comprometida con la lucha contra todas las injusticias sociales. ¿Por qué crees no podemos separar la lucha de las personas trans, del colectivo LGTBI, del feminismo… de la lucha contra el capitalismo?

MC -. Mi lucha no se puede separar de las demás. Cuando decimos “patriarcado y capital alianza criminal”, es que no se pueden separar. Yo soy una mujer feminista, soy de izquierdas, soy trabajadora, soy antirracista, antifascista… Creo que todas las luchas tienen que confluir hacia golpear al capitalismo. Porque defender a las personas trans es defender a la clase trabajadora. Todas las oprimidas, juntas, tenemos que golpear a este sistema capitalista, a este sistema opresivo que se nutre de nuestra fuerza de trabajo y que nos quiere esclavas para acumular más riqueza.

El colectivo trans es una esperanza para todas las luchas, porque demuestra que es posible transformar la sociedad. Porque, poco a poco y paso a paso, hemos ido cambiando una sociedad que no logró cambiarnos a nosotras.

https://www.sindicatodeestudiantes.net/index.php/noticias/feminismo-revolucionario/entrevista-a-mar-cambrolle-el-salvajismo-de-la-dictadura-franquista-desperto-la-organizacion-del-colectivo-lgtbi

La mentira como herramienta de manipulación: cuando la transfobia se disfraza de crítica social

La mentira como herramienta de manipulación: cuando la transfobia se disfraza de crítica social
La desinformación disfrazada de crítica social puede sembrar el odio y alimentar la transfobia con apariencia de rigor. Cuando se cuestiona el derecho a la salud de las personas trans bajo pretextos ideológicos, se está atacando su dignidad. Es necesario desenmascarar estos discursos que deslegitiman vidas para mantener privilegios.

Vivimos tiempos peligrosos en los que la manipulación de la información se ha convertido en un arma política poderosa. No hace falta inventar noticias para intoxicar el debate público: basta con disfrazar prejuicios de pensamiento crítico. Esto es precisamente lo que hace el artículo Medicalización de las personas trans: el gran negocio farmacéutico disfrazado de progreso , publicado el 2 de junio de 2025. Este texto es un ejemplo claro de cómo el discurso transfóbico puede infiltrarse bajo la apariencia de una crítica anticapitalista, deslegitimando los derechos del colectivo trans.

El artículo mezcla datos ciertos –como los beneficios económicos de la industria farmacéutica– con interpretaciones tóxicas: se afirma que las personas trans son manipuladas por las farmacéuticas, que existe un “lobby trans” aliado con el capitalismo global, y que las leyes que garantizan el acceso a los tratamientos médicos sólo favorecen intereses empresariales. Esta narrativa criminaliza a las personas trans, las deshumaniza y las convierte en peones de una conspiración que no existe.

Cuando la transfobia se cuela en los medios supuestamente progresistas (y también en la izquierda institucional)

Esta manipulación no sólo se produce desde los sectores ultraconservadores. Medios que se presentan como progresistas o de izquierdas también caen (o colaboran conscientemente) en la difusión de estas ideas. Columnistas con espacios fijos en eldiario.es , El País , CTXT o The Guardian han difundido o blanqueado discursos TERF (Trans Exclusionary Radical Feminists), a menudo en nombre de un feminismo malentendido que niega la existencia y los derechos de las mujeres trans.

Estas autoras —como Lidia Falcón, JK Rowling, o figuras cercanas a sectores de un feminismo institucional— afirman que reconocer las identidades trans pone en peligro a las mujeres cisgénero, creando una falsa dicotomía entre derechos trans y derechos feministas. Esta estrategia ha sido muy útil para la derecha política y mediática, que ha encontrado aliadas inesperadas en feministas blancas, burguesas y con tribunas habituales en los grandes diarios.

Una de las figuras más representativas de esta deriva es Carmen Calvo , ex vicepresidenta del Gobierno español y dirigente destacada del PSOE. Desde su cargo y desde tribunas mediáticas, Calvo ha contribuido a frenar la Ley Trans estatal y ha utilizado un discurso abiertamente transfóbico, presentando la identidad de género como una «fantasía ideológica» y defendiendo que «las mujeres trans no son mujeres». Estas afirmaciones, lejos de ser aisladas, reflejan una estrategia institucional clara para deslegitimar las reivindicaciones del colectivo trans bajo una supuesta defensa del feminismo.

Lo grave es que estas posiciones han tenido un impacto directo en la redacción, el retraso y el debilitamiento de la Ley Trans estatal, dejando a muchas personas trans en una situación de inseguridad jurídica e institucional. Es una muestra clara de cómo la transfobia puede tener rostro de mujer, de izquierdas e incluso de feminista, y cómo el poder utiliza discursos progresistas para contener transformaciones reales.

Mentira, miedo y desinformación como estrategia

Cuando la mentira se repite con apariencia de opinión o de debate legítimo, se convierte en una herramienta de manipulación. Lo que se cuestiona, en realidad, no son las farmacéuticas, sino el derecho mismo de las personas trans a existir, a ser escuchadas ya recibir atención médica. Esto genera una sociedad más polarizada, más ignorante y cruel con las minorías.

Es urgente y necesario que los medios que se llaman progresistas hagan una profunda revisión de su papel. Blanquear discursos transfóbicos para «dar voz a todas las opiniones» no es periodismo: es irresponsabilidad. Y el resultado no es neutral: tiene consecuencias en la salud, el bienestar e incluso la vida de muchas personas trans , especialmente las más jóvenes.

Es necesario combatir la manipulación con verdad, valentía y compromiso

La crítica a la industria farmacéutica es lícita. Pero ésta no puede servir para cuestionar las demandas de un colectivo que, históricamente, ha sido excluido de toda protección institucional . El derecho a la salud, a la identidad, a vivir sin miedo y sin humillación, no puede ser materia de opinión ni de debate. Es una cuestión de justicia y derechos humanos.

No nos engañemos: la transfobia no siempre grita ni insulta. A veces se expresa con un tono calmado, con datos sesgados y un aire de objetividad. Pero sigue siendo transfobia.

Por una sociedad informada, crítica y comprometida con los derechos humanos, desenmascaramos las mentiras que visten de análisis lo que es, al final, odio organizado.

ANNEX: Anàlisi crític de l’article “Medicalización de las personas trans: el gran negocio farmacéutico disfrazado de progreso” (2 de juny de 2025)

Este artículo es claramente transfóbico, aunque disfrazado de crítica anticapitalista o aparentemente «crítica al sistema sanitario y farmacéutico». Te explico por qué con claridad:

❌ 1. Deshumaniza a las personas trans
El texto trata a las personas trans como un mercado y no como seres humanos con derechos a una atención sanitaria digna. Habla de la «medicalización» como si fuera una imposición externa, cuando la mayoría de personas trans eligen libremente acceder a tratamientos hormonales y/o cirugías para mejorar su salud física y mental.

❌ 2. Repite discursos conspiranoicos y de la extrema derecha
Hablar del lobby trans y relacionarlo con “las élites” y “la gran industria farmacéutica” es un relato directamente extraído de discursos TERF y del alt-right. Este lenguaje intenta asociar el activismo trans con una agenda secreta, poderosa y peligrosa. Esto criminaliza y demoniza el movimiento trans.

❌ 3. Infantiliza las decisiones trans y cuestiona su autonomía
Cuestionar la legitimidad de los tratamientos hormonales y especialmente en menores, poniendo énfasis en riesgos médicos y supuestos efectos secundarios, sirve para sembrar la duda sobre las decisiones médicas informadas que toman las personas trans con sus médicos. Y esto es paternalista y transfóbico.

❌ 4. Mezcla información cierta con manipulación para desacreditar
Es cierto que las farmacéuticas buscan beneficios. Pero esto ocurre con todo el sistema sanitario, no sólo con la salud trans. El problema es utilizar esta crítica para negar o estigmatizar el acceso a la salud de las personas trans.

❌ 5. Equipara políticas públicas con supuestas conspiraciones
Habla de leyes trans como “facilitadoras de negocios”, invisibilizando que son reivindicaciones históricas del colectivo para tener derecho a existir con dignidad. Esta crítica deslegitima luchas sociales reales y pone en entredicho el derecho a la identidad.

✅ Lo que sí se puede discutir, pero sin transfobia:
Se puede y debe criticarse la mercantilización de la salud o el papel de las farmacéuticas, pero sin utilizarlo para atacar la salud trans. La clave es defender la salud trans dentro de un sistema público, gratuito y respetuoso, no cuestionar la existencia misma de los cuidados médicos para personas trans.

📢 CONCLUSIÓN:
Este artículo no es una crítica legítima a la industria farmacéutica, sino una estrategia disfrazada de progresismo para atacar indirectamente el derecho a la identidad ya la salud de las personas trans. Es un texto transfóbico que contribuye a la desinformación, el odio y la deslegitimación del movimiento trans.

La mentida com a eina de manipulació: quan la transfòbia es disfressa de crítica social

Una mujer trans de EEUU solicita refugio en Canadá por temor a las políticas de Trump

Una mujer trans de EEUU solicita refugio en Canadá por temor a las políticas de Trump

 Trump declaró que solo hay dos géneros, y esto perjudica a la población transgénero en EE UU.

Tras la llegada de Donald Trump al poder, Canadá se está convirtiendo en un lugar de refugio tal como ocurrió en la ficción del El cuento de la criada, con algunos personajes que escaparon de la opresiva República de Gilead. Ahora se trata de una mujer transgénero estadounidense ha solicitado este lunes asilo en Canadá por temor a la persecución en Estados Unidos a consecuencia de las políticas del presidente Trump.

La abogada de Hannah Kreager, Yameena Ansari, ha revelado al periódico canadiense The Globe and Mail que su cliente presentó este lunes la solicitud ante el Consejo de Inmigración y Refugio de Canadá.

Miedo a identificarse como transgénero

Kreager, de 22 años y que reside ahora en la ciudad canadiense de Calgary, ha dicho al periódico que tenía miedo de renovar su pasaporte ya que el que tiene en estos momentos marca su género con una X.

La Administración de Trump ha eliminado la posibilidad de marcar el género con una X, que tradicionalmente identifica a las personas transgénero y no binarias.

Los dos países han codificado esa política en el llamado Acuerdo de Tercer País Seguro, en vigor desde 2002 y que fue ampliado en 2023 para evitar la llegada irregular de refugiados desde Estados Unidos.

Organizaciones como Amnistía Internacional (AI) han denunciado el acuerdo y solicitado a Canadá que lo suspenda.

https://www.20minutos.es/internacional/canada-eeuu-una-mujer-trans-ee-uu-solicita-refugio-canada-por-temor-las-politicas-trump-5718243/