La Junta de Andalucía obvia la infancia trans en una guía de educación sexual
La Junta de Andalucía obvia la infancia trans en una guía de educación sexual
“Los niños tienen pene y las niñas tienen vulva”: El manual ‘Educación afectiva y sexual en la familia’ contiene la misma frase que usó la organización ultracatólica HazteOir en el autobús tránsfobo que recorrió varias ciudades de España en 2017
Es de recordar que aquel autobús de HazteOir venía a contrarrestar la campaña “Hay niñas con pene y niños con vulva, así de sencillo” que un mes antes, en enero de 2017, la asociación de familias de menores transexuales Chrysallis lanzó en Euskadi y Navarra para concienciar sobre la transexualidad infantil. HazteOir inició incluso una recogida de firmas para su retirada y después hizo circular su bus naranja. Ana Castro, de Chrysallis Andalucía, considera que la guía elaborada por la Junta de Andalucía “es un descalabro”.
“No podemos intentar enseñar diversidad corporal centrándonos únicamente en la genitalidad porque estigmatiza y patologiza a nuestras infancias”, apunta a elDiario.es Andalucía, advirtiendo de que desde el equipo técnico educativo de Chrysallis Andalucía la están “analizando con lupa” para hacer “una reclamación” en la Consejería al objeto de que “la modifiquen”.
Castro recuerda que la guía llegó a Chrysallis Andalucía a través de su vicepresidenta, que es educadora social de profesión y gracias a su trabajo pudieron hacerse con la misma. “La estamos leyendo con detenimiento porque entendemos que muestra de forma incorrecta la diversidad sexogenérica y la naturalización de los menores trans”, indica. “Al ser algo delicado que ha de llegar a mucha gente para formar e informar sobre diversidad, es por lo que debe de visibilizar desde el respeto y la naturalización de la diversidad”, comenta.
La Consejería alega que es “un supuesto”
Sergio Padial, presidente de la Asociación Alternativa en Colores, estuvo presente en el citado congreso en el que se presentó la guía. “En el mismo momento en que advertimos sobre todo esa página, ese ejercicio práctico, vimos que era una frase claramente contra las personas trans. No hay que ser muy listo para entender eso. Estás afirmando algo que no es real, porque no solo hay niños con pene o niñas con vulva. Y le estás diciendo a los padres que así se lo tienen que contar a sus hijos, que ‘es hora de hacerlo». Es transfobia pura y dura”, comenta.
La guía no hace mención alguna a los niños o niñas transexuales, ni a la transexualidad en general. De acuerdo a las fuentes LGTBI consultadas, esa forma de obviar a los menores y a las personas transexuales vulnera los principios básicos de la Ley LGTBI de Andalucía (aprobada con los votos del PP) y de las leyes estatales trans y LGTBI. Consultadas por este periódico, fuentes de la Consejería explican escuetamente que la frase en sí se encuadra en “un supuesto” al que hay que responder “sí” o “no”.
“Es un supuesto, sí, pero es un supuesto que invisibiliza una realidad que existe y a la administración pública debemos exigirle esa visibilidad”, comenta Antonio Ferre, presidente de la federación Andalucía Diversidad, quien aboga por “no perpetuar el estigma” y por informar “desde la perspectiva de la diversidad sexual”.
Disconformidad en el Congreso LGTBI
Antes de esas explicaciones oficiales, ya en aquel momento de presentación de la guía en Torremolinos algunas personas de las entidades LGTBI de Andalucía allí presentes mostraron su malestar por ese “los niños tienen pene y las niñas tienen vulva” a los responsables de la administración autonómica en la materia. De hecho, este tipo de guías “son de la Consejería pero las entidades no la estamos difundiendo por nuestras redes, ni la recomendamos”, comentan otras fuentes del activismo LGTBI de Andalucía. “Hubo críticas a esa cuestión en particular, pero en general no gustó nada la guía”, añaden.
Para Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía – Sylvia Rivera e impulsora de la ley trans andaluza de 2014, “las infancias trans existen y negarlas es un acto de violencia institucional”. La activista defiende que lo que contempla la guía en ese sentido “es contraria a la ley en vigor, una ley pionera que ha sido ejemplo para todo el Estado español como la ley andaluza, y a ley LGTBI”. “Pero no se nos olvide, contraria a la ley de Infancia del Estado, que reconoce que no se puede discriminar a los niños por cuestión de identidad ni de orientación y, por supuesto, contraria al Tratado Internacional de los derechos del niño, que siempre habla que, ante cualquier circunstancia, lo que debe primar es el interés superior del menor. Y el interés superior de un menor trans es permitirle el libre desarrollo de su personalidad sin que sea estigmatizado, y menos aún por una institución”.
El profesor Sergio Padial también indica en ese sentido que “ese mismo día varias asociaciones les planteamos nuestras dudas al coordinador LGTBI de la Junta” que había acudido al congreso de Torremolinos y “nos dijo que sí, que habría que revisarlo”. “No entendemos que pasara por todos los filtros que debe tener la administración y que todavía ahora se pueda descargar como estaba si nos aseguraron que la iban a revisar”. Efectivamente, la guía se puede ver al menos a través del Observatorio de la Infancia y la Adolescencia de Andalucía.
Para Charo Alises, vicepresidenta segunda del Consejo Andaluz LGTBI, presidenta de Ojalá Málaga y representante de las entidades LGTBI en el citado Consejo, la mencionada afirmación (“los niños tienen pene y las niñas tienen vulva”) supone “negar la existencia de las personas trans, y, en concreto, de la infancia trans”. “Eso vulnera el espíritu de las leyes LGTBI, sus principios inspiradores. Es muy grave”, comenta.
Antonio Ferre comenta que “es muy sexista eso de los penes y las vulvas”, “es lo clásico de lo clásico”, y “las familias deben actualizarse”. “No podemos comprar los supuestos de aquel autobús de HazteOir, y aquí se está usando la misma frase”, indica el presidente de la federación andaluza, que lamenta que este tipo de guías “no han pasado por el Consejo LGTBI” de Andalucía, “ni siquiera para que al menos las entidades las revisemos”. Aquí, en realidad al supuesto, “se ha invisibilizado una realidad”.